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Aunque no hable, sí se comunica: aprende a leer las señales de tu bebé

“Mi hijo no habla todavía, pero siento que me entiende.”
Esa frase, que muchas madres repiten, tiene algo muy cierto detrás: la comunicación no empieza con las palabras, sino con las señales.


🧠 ¿Qué es una señal comunicativa?

Una señal es cualquier gesto, sonido, mirada o acción que el bebé hace con intención.
Puede ser para pedir algo, protestar, buscar compañía, llamar la atención, compartir una emoción o mostrar interés.

👉 Aunque no lo digan con palabras, los bebés ya se están comunicando.
Y aprender a leer esas señales te permite apoyar su lenguaje de forma más efectiva.


🔍 Señales comunes en bebés antes de hablar:

  • Te mira fijamente y luego a un objeto (quiere que lo mires también).
  • Levanta los brazos para que lo tomes.
  • Hace sonidos específicos para distintas cosas (“aaa” cuando quiere agua, por ejemplo).
  • Te ofrece un juguete sin soltarlo (busca interacción, no solo darte el objeto).
  • Imita tus gestos o sonidos.
  • Se inquieta o cambia su expresión ante ruidos o palabras conocidas.
  • Usa el llanto de forma diferente según la necesidad.

🗣️ ¿Por qué es importante notar estas señales?

Porque cada vez que respondes con atención a sus señales, tu hijo aprende:

✔️ Que comunicarse sirve.
✔️ Que tú estás disponible para él.
✔️ Que sus acciones tienen efecto en el mundo.
✔️ Que vale la pena seguir intentando expresarse.

Ese ciclo es la base del desarrollo del lenguaje verbal.


💡 ¿Cómo reforzarlas?

  • Ponle palabras a lo que él expresa:
    “¿Quieres brazos? ¡Ya te subo!”,
    “¿Estás cansadito? Vamos a descansar.”
  • Imita sus sonidos y añade otros:
    Si dice “ba”, puedes responder: “¡Sí! ¡La pelota hace bum-ba!”
  • Aprovecha las rutinas para observarlo más:
    Durante el cambio de pañal, al comer o al jugar.

🤝 ¿Y cómo puede ayudarte una asesoría?

En mis asesorías te enseño a identificar estas señales según la etapa de tu hijo y a responderlas de forma natural, sin forzarlo ni sobreestimular.
No se trata de hacer más, sino de ver mejor lo que ya está pasando.


🌱 Antes de hablar, tu hijo ya está diciendo mucho. Solo necesita que alguien sepa escucharlo de otra manera.

Pequeños grandes logros: cómo identificar avances en hablantes tardíos

Cuando tu hijo tarda en hablar, es fácil enfocarse solo en lo que aún no dice.
Pero… ¿y si te dijera que muchas veces sí está avanzando, solo que no lo estás notando?

El lenguaje no comienza con palabras. Comienza mucho antes.
Y aprender a identificar esas señales puede darte tranquilidad, motivación y dirección.


🧠 ¿Qué avances valen? TODOS

Tu hijo no necesita decir “mamá” para estar comunicándose.
Aquí hay señales poderosas de que su lenguaje se está desarrollando:

  • Hace contacto visual con intención (para pedir algo, mostrar, compartir).
  • Te toma de la mano para mostrarte algo.
  • Mira hacia donde tú miras o señalas (atención conjunta).
  • Se frustra cuando no lo entiendes, pero intenta otra forma de hacerse entender.
  • Imita sonidos, gestos o rutinas (aunque no diga palabras).
  • Usa una misma palabra inventada con el mismo significado (“nana” para comida, por ejemplo).
  • Empieza a usar gestos con sentido (saludar, decir “chao”, “no”, aplaudir).

¡Todo eso es lenguaje en construcción!


🔍 ¿Cómo observar estos avances?

A veces estás tan metida en la rutina, que no ves lo que sí está ocurriendo.

Te recomiendo:

✅ Detenerte un momento al día para mirar cómo interactúa tu hijo.
✅ Anotar logros pequeñitos en una libreta o notas del celular.
✅ Comparar con su propio progreso, no con el de otros niños.

Una mamá que observa con intención, ve mucho más que una que solo espera palabras.


💬 ¿Y cuándo sí preocuparse?

Si sientes que tu hijo está estancado, que no intenta comunicarse de ninguna forma o ha retrocedido, no te quedes con la duda.
Buscar orientación profesional no es alarmarse, es actuar con amor.

En mis asesorías, te enseño a ver estos avances y a estimular el lenguaje desde tu día a día. Te ayudo a construir confianza, paso a paso.


Recuerda: cada logro, por pequeño que parezca, es una semilla.
Y tú, mamá, eres la tierra que la nutre.

Cómo incluir a la familia sin presionar al hablante tardío

Cuando un niño demora en hablar, muchas veces la familia reacciona con frases como:

  • “¡No habla porque lo malcrían!”
  • “Déjalo llorar, así aprende.”
  • “Mi hijo habló a los 4, no te preocupes.”
  • “¡Dile que repita! ¡Di mamá! ¡Di papá!”

Aunque estas frases no vienen con mala intención, pueden generar presión innecesaria, tanto para el niño como para ti, que ya estás atenta y haciendo lo mejor que puedes.

Este blog es para ti, mamá, que quieres que la familia ayude… pero sin criticar, comparar ni forzar.


💡 ¿Por qué es importante incluirlos?

Porque el entorno familiar forma parte esencial del desarrollo del lenguaje. Cuantas más personas comprendan el proceso y se sumen respetuosamente, más oportunidades habrá para que tu hijo escuche, imite y se comunique con seguridad.


👪 Cómo invitar a la familia a ser parte del proceso (sin pelearte)

  1. Explícales con cariño y firmeza
    Usa frases como: “Está aprendiendo a su ritmo, y necesita sentirse seguro para hablar.”
    “Nos estamos enfocando en acompañarlo, no en presionarlo.”
  2. Enséñales a modelar, no a exigir
    En vez de pedirle que hable, muéstrales cómo narrar lo que él hace: “Mira, está saltando… ¡salta, salta!”
    “¿Quieres agua? Aquí está el agua.”
  3. Pídeles apoyo, no juicio
    Ayuda mucho decir: “Te agradecería que, si no dice algo, no lo corrijas ni lo presiones. Estamos trabajando en que se sienta confiado.”
  4. Recuérdales que cada niño es distinto
    Comparar no ayuda. Si insisten, puedes decir: “Sí, cada niño tiene su ritmo. Lo importante es que estamos atentos y acompañando su proceso.”

🌱 Un niño que no se siente juzgado, se expresa más

Las palabras que escucha tu hijo forman su mundo emocional. Por eso es tan importante que sus referentes lo ayuden a construir desde el cariño, no desde la urgencia ni el apuro.


En mis asesorías personalizadas, también conversamos sobre cómo manejar este tipo de situaciones familiares, para que tú no cargues sola con todo. La idea no es que te defiendas, sino que te rodees de una red de apoyo que sume.

10 minutos al día para estimular el lenguaje: sí se puede

No necesitas ser experta en lenguaje.
Ni tener una hora libre.
Ni comprar materiales caros.
Solo necesitas 10 minutos al día.
Y sí, ¡pueden marcar la diferencia!

Muchas mamás de hablantes tardíos sienten que no hacen lo suficiente. Pero la verdad es que el lenguaje se construye en lo cotidiano, con intención, repetición y conexión emocional.

Aquí te muestro cómo puede verse una rutina diaria de solo diez minutos para ayudar a tu hijo a hablar más y mejor.


🕰️ Rutina de 10 minutos para estimular el lenguaje

  1. Elige un momento fijo del día
    Por ejemplo, justo después del baño, antes de acostarse o al volver del jardín. Así lo integras como un hábito.
  2. Apaga las pantallas y guarda el celular
    Estos 10 minutos son de exclusividad para tu hijo. Lo va a notar… y lo va a disfrutar.
  3. Crea un pequeño ritual (2-3 min)
    Puede ser cantar una canción con gestos (“Los pollitos dicen”, “Estrellita”) o una rima que siempre repitan.
  4. Elige un juego simple (3-4 min)
    Ejemplos:
    • Jugar con bloques: “¡Alto! ¡Se cayó! ¡Más!”
    • Dar de comer a un peluche: “Come… ñam ñam… está rico”
    • Jugar con autos: “Rrrrum, va rápido… ¡choque!”
    Usa frases cortas, repite mucho, señala y espera su respuesta (una mirada, un gesto, una vocalización… ¡todo vale!).
  5. Cierre con cariño (2-3 min)
    Léele un cuento corto o míralo a los ojos y dile cuánto lo amas. Ese momento afectivo también es estimulación.

🌟 ¿Sabías que…?

Las rutinas predecibles ayudan a que el cerebro infantil anticipe, comprenda y organice mejor el lenguaje.
Lo que hoy parece “poquito”, con constancia se vuelve un ancla poderosa en su desarrollo.

Y lo más importante: estás creando un espacio donde tu hijo se siente visto, escuchado y amado.


En mis asesorías, te ayudo a diseñar rutinas personalizadas según el tiempo que tengas, el carácter de tu hijo y tus propias dinámicas familiares. Porque estimular el lenguaje no es una carga… es una oportunidad diaria para conectar.

¿Qué no hacer con un hablante tardío? Evita estos errores comunes

Cuando un niño tarda en hablar, muchas veces el entorno —con la mejor intención— adopta estrategias que, sin querer, pueden interferir más que ayudar. Como fonoaudiólogos, vemos estos casos a diario y acompañamos a las familias a corregir pequeños hábitos que pueden tener un gran impacto.

Aquí te comparto 5 errores comunes que deberíamos evitar al interactuar con un hablante tardío:

  1. Anticiparse a todo lo que necesita
    Si el adulto interpreta y satisface rápidamente las necesidades del niño sin darle la oportunidad de expresarse (aunque sea con gestos o sonidos), se pierde una valiosa instancia comunicativa. Es mejor esperar unos segundos, ofrecer opciones y favorecer que el niño intente comunicarse.
  2. Exigirle que repita o hable “como grande”
    Pedirle que diga palabras largas o que repita constantemente puede generar ansiedad o frustración. El lenguaje debe construirse en un ambiente seguro, no bajo presión. En lugar de corregir, es mejor modelar la palabra correctamente y seguir la interacción con naturalidad.
  3. Sobreestímulo o exceso de pantallas
    El lenguaje se desarrolla en el vínculo. Las pantallas no reemplazan la interacción humana. Aunque los dibujos “enseñen palabras”, nada reemplaza la mirada, el tono de voz y la respuesta emocional que ofrece un ser humano real.
  4. Compararlo con otros niños
    Cada niño tiene su propio ritmo. Las comparaciones generan angustia tanto en los padres como en el niño. En vez de mirar hacia el costado, enfoquémonos en acompañar su proceso y celebrar sus pequeños avances.
  5. Decir “ya va a hablar solo” sin observar otras señales
    Frases como esta postergan consultas necesarias. Si hay dudas, lo mejor es una evaluación profesional para aclarar el panorama.

Acompañar a un hablante tardío implica más que esperar: es crear oportunidades de comunicación y confiar en que, con apoyo, todo puede florecer a su tiempo.

¿Qué es un hablante tardío?

Cuando hablamos de desarrollo del lenguaje, cada niño tiene su propio ritmo. Sin embargo, hay ciertos hitos esperados que nos ayudan a saber si todo va dentro de lo habitual. Un hablante tardío es un niño que, entre los 18 y 30 meses, tiene un vocabulario expresivo más reducido que el esperado para su edad, pero sin presentar dificultades en otras áreas del desarrollo como la motricidad, el juego o la comprensión.

Por ejemplo, a los 18 meses se espera que un niño diga al menos 20 palabras y que, a los 2 años, ya utilice unas 50 palabras y comience a formar frases simples como “más leche” o “mamá ven”. Cuando esto no ocurre, podemos estar frente a un hablante tardío.

Es importante destacar que ser hablante tardío no significa automáticamente que el niño tenga un trastorno del lenguaje. Muchos de estos niños alcanzan a sus pares con el tiempo, especialmente si reciben estimulación adecuada. Sin embargo, también existe un porcentaje que puede desarrollar dificultades más persistentes, como un trastorno del lenguaje o del neurodesarrollo. Por eso, identificar esta condición a tiempo permite intervenir de forma oportuna si fuera necesario.

Una clave para detectar a tiempo es observar cómo se comunica el niño más allá de las palabras: ¿utiliza gestos? ¿Hace contacto visual? ¿Imita sonidos o palabras? ¿Se frustra al no poder expresarse? Todo eso forma parte del desarrollo del lenguaje.

Como mamá, papá o cuidador, confiar en tu intuición es esencial. Si sientes que algo no anda del todo bien, consultar a un profesional puede darte claridad y, sobre todo, tranquilidad. El lenguaje es una herramienta poderosa y acompañar su desarrollo es un regalo que transforma.