¿Sabías que leer no es solo para cuando los niños ya hablan?
Los cuentos son una herramienta poderosa para estimular el lenguaje desde los primeros meses de vida, especialmente en hablantes tardíos. Lo importante no es que tu hijo “entienda todo”, sino que viva la experiencia de escuchar, mirar, compartir y anticipar.
📖 ¿Cómo ayudan los libros al lenguaje?
Leer cuentos en voz alta:
- Enriquece el vocabulario.
- Estimula la comprensión auditiva.
- Refuerza la atención conjunta (mirar algo contigo).
- Fomenta la imitación de sonidos, palabras y gestos.
- Crea una rutina amorosa y segura para comunicarse.
Además, los cuentos activan la imaginación, y eso también alimenta la capacidad de narrar y expresar ideas con el tiempo.
📚 ¿Qué tipo de libros elegir?
Para bebés y hablantes tardíos, busca cuentos que sean:
- De cartón o tela, fáciles de manipular y resistentes.
- Con ilustraciones claras y grandes (no recargadas).
- Con pocas palabras por página.
- Con repeticiones o estructuras simples (por ejemplo: “¿Dónde está el gato? ¡Acá está!”).
- Que incluyan sonidos de animales, onomatopeyas o acciones cotidianas.
- Que permitan participación, como levantar solapas, señalar o imitar sonidos.
Algunas buenas ideas: cuentos de animales, de rutinas diarias (bañarse, comer), o libros con texturas.
🗣️ ¿Cómo leerlos?
La clave no está en “leer bien”, sino en conectar con tu hijo. Aquí algunos consejos:
- Lee con entusiasmo, usando tu voz como instrumento.
- Señala lo que nombras.
- Haz pausas para que tu hijo participe, aunque sea con gestos o miradas.
- Repite el mismo cuento muchas veces (¡les encanta!).
- Imita sonidos, por ejemplo: “el perro dice guau guau”, “el auto hace brum brum”.
- Adapta el cuento: si no termina de enganchar, usa solo las imágenes y conversa sobre ellas.
En mis asesorías, enseño a las familias cómo transformar cualquier cuento sencillo en una experiencia rica en lenguaje, sin forzar nada, y disfrutando juntos el proceso.
🌱 Leer es hablar con amor
Un cuento leído con cariño puede ser mucho más que una historia. Es una oportunidad para mirarse, reírse, aprender palabras nuevas y fortalecer el vínculo. No necesitas leer perfecto. Tu presencia, tu voz y tu atención son el mejor cuento que tu hijo puede escuchar.