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Lenguaje, gestos y juego: un trío poderoso para estimular a tu bebé

Cuando pensamos en “estimular el lenguaje”, solemos imaginar palabras, repeticiones y canciones. Pero hay algo igual de valioso que muchas veces subestimamos: los gestos y el juego.

Juntos, lenguaje, gestos y juego forman un trío poderoso que ayuda a los bebés (especialmente a los hablantes tardíos) a avanzar de forma natural.


🤲 ¿Por qué los gestos importan?

Los gestos son la primera forma que los bebés tienen de expresarse con intención.
Pueden señalar, pedir “más”, mandar besos o aplaudir.
Cada uno de estos gestos es una puerta hacia el lenguaje verbal.

💡 Está demostrado que los niños que usan gestos tempranamente tienden a hablar antes y a tener un vocabulario más rico más adelante.


🎲 ¿Y el juego?

El juego es el terreno donde el lenguaje se vuelve real.

  • Cuando haces que un peluche diga “hola”, enseñas turnos de conversación.
  • Cuando finges que comen con cucharas, estás dándole contexto al vocabulario.
  • Cuando escondes un juguete y lo encuentran, refuerzas la idea de causa-efecto… ¡y eso también es comunicación!

Además, en el juego los niños se sienten seguros y motivados para intentar comunicarse.


🗣️ ¿Cómo unir lenguaje, gestos y juego en casa?

Aquí van algunas ideas prácticas:

  • Habla mientras juegas, usando frases cortas: “El auto va rápido”, “¡Oh no, se cayó!”.
  • Haz gestos mientras hablas, como señalar, mover la mano para decir “chau”, mostrar con los dedos “uno, dos, tres…”.
  • Repite juegos simples donde tu hijo anticipe lo que viene: eso genera comprensión y motivación por expresarse.

Y lo más importante: disfruten juntos. El lenguaje se aprende mejor cuando se comparte con cariño y sin presiones.


👩‍⚕️ ¿Cómo te ayuda una asesoría en esto?

Te ayudo a reconocer el nivel actual de tu hijo, a usar los recursos que ya tienes en casa y a adaptar los juegos y gestos para que realmente favorezcan su desarrollo comunicativo.

No se trata de “enseñarle a hablar”, sino de crear el ambiente donde hablar sea posible y tenga sentido para él.


🌿 Cuando hablas, juegas y haces gestos, le estás enseñando a tu hijo que comunicarse es maravilloso.

Cómo hablarle a tu bebé para ayudar su lenguaje (sin sobrecargarlo)

¿Te has preguntado cómo hablarle a tu bebé o a tu hijo que aún no habla?
A veces creemos que hay que hablarles todo el día, llenar los silencios o repetir sin parar. Pero la clave está en la calidad, no en la cantidad.


🧠 El lenguaje no entra por repetir sin parar

Tu hijo no necesita un bombardeo de palabras, sino una comunicación que lo incluya, lo conecte contigo y se ajuste a su nivel.

Imagina esto: si tú estás aprendiendo un idioma y alguien te habla muy rápido, usando palabras desconocidas y sin pausas… ¿te ayuda o te abruma?

Con los bebés, pasa lo mismo.


🗣️ ¿Cómo hablarles entonces?

Aquí van estrategias simples y efectivas:


📏 1. Usa el nivel justo de lenguaje

Habla con frases cortas pero completas, como:

  • “¡Mira el auto rojo!”
  • “Vamos a comer pan.”
  • “Estás feliz, ¿verdad?”

Eso es mucho más útil que solo decir: “auto, auto, auto” o hablar con diminutivos en exceso.


🔁 2. Repite, pero con propósito

Repetir ayuda, pero no repitas solo por repetir. Mejor, expande lo que tu hijo intenta comunicar.

Ejemplo:

  • Él dice “guau”, tú respondes: “¡Sí! El perro hace guau. Es un perro grande.”

🧍‍♀️ 3. Ponte a su altura

Hablarle cara a cara, mirando sus ojos, crea una conexión mucho más profunda.
Además, facilita que vea tus gestos y movimientos de boca, claves para aprender a hablar.


🧠 4. Deja espacio para responder

No llenes todos los silencios. Espera.
Después de decir algo, observa su reacción. Aunque no hable, su mirada, gesto o sonido también son respuestas.


📚 5. Usa el contexto

Habla de lo que está ocurriendo o de lo que él está viendo. Eso hace que tu lenguaje tenga sentido para él.

En vez de decir “Vamos al parque después del almuerzo”, prueba:
“Primero comemos… después parque. ¡A jugar!”


👩‍⚕️ ¿Y cómo puedo ayudarte yo?

En mis asesorías te acompaño para que aprendas a hablarle a tu hijo según su edad y etapa comunicativa. Te enseño a observar, ajustar tu lenguaje y crear un entorno que estimule su habla de forma natural, sin presión ni frustración.


🌿 No tienes que hablar como experta. Solo necesitas hablar como mamá… pero con intención.

¿Cuándo es momento de consultar con un especialista?

Si tienes un hijo que habla poco o aún no ha comenzado a hablar, seguramente has escuchado frases como:
“Cada niño tiene su ritmo”, “mi hijo habló a los tres años y está perfecto” o “va a hablar cuando entre al jardín”.
Aunque estos comentarios suelen ser bien intencionados, pueden llevar a postergar una consulta que podría hacer la diferencia a tiempo.

⏰ ¿Existe una “edad normal” para hablar?

No todos los niños hablan igual ni al mismo tiempo, pero sí hay hitos importantes que nos orientan. Algunos ejemplos:

  • A los 12 meses: debería decir algunas palabras simples como “mamá” o “agua”.
  • A los 18 meses: al menos 20 palabras distintas.
  • A los 2 años: combina dos palabras (“quiero leche”, “más pan”) y comprende órdenes sencillas.
  • A los 3 años: debería entenderse la mayor parte de lo que dice, incluso por personas fuera del entorno familiar.

Si notas que tu hijo no está alcanzando estos hitos, no significa que tenga un problema grave, pero sí es recomendable consultar.

🚩 Señales que ameritan evaluación fonoaudiológica

Consulta si tu hijo:

  • No mira a los ojos o no responde a su nombre.
  • Usa menos de 20 palabras a los 18 meses.
  • Solo se comunica con gestos o gritos.
  • Parece no entender instrucciones básicas.
  • Se frustra mucho al no poder comunicarse.
  • Tiene historial de otitis frecuentes o problemas auditivos.
  • Dejó de decir palabras que ya había aprendido.

🤲 ¿Y si me dicen que espere?

Pedir una evaluación no te compromete a iniciar una terapia, pero te entrega claridad, orientación y tranquilidad. En Chile, puedes acudir a un fonoaudiólogo de forma particular, por Fonasa o a través del sistema de salud pública si tienes derivación médica.

Muchos niños que necesitan apoyo logran grandes avances gracias a que sus cuidadores actuaron a tiempo.


🌱 Consultar es cuidar

No estás siendo alarmista, estás siendo proactiva. Consultar con un especialista no es un paso final, es un primer paso amoroso. Porque cuando se trata de acompañar el desarrollo de tu hijo, el mejor momento para actuar es cuando algo te hace ruido… no cuando ya es evidente.

Confía en ti, mamá. Tu observación y tu decisión pueden marcar una diferencia enorme en su futuro.

Confía en tu intuición, mamá

Hay algo que ninguna carrera enseña, pero que todas las madres conocen: esa sensación en el pecho que dice que algo no anda del todo bien. A veces es una sospecha suave, otras veces una inquietud que no se va. Y en el caso del desarrollo del lenguaje, muchas veces la intuición de la mamá es la primera alarma que suena.

🧠 ¿Es exageración o intuición?

Frente a tus dudas, es común que escuches respuestas como:

  • “Déjalo, cada niño tiene su ritmo”.
  • “Va a hablar cuando tenga ganas”.
  • “Capaz que no necesita hablar, si ya le entienden todo”.

Y claro, uno quiere creer eso. Pero si algo no te deja tranquila… escúchate. Tú estás con tu hijo todos los días. Lo conoces como nadie. Si sientes que algo no encaja, no estás exagerando: estás observando.

🚩 ¿Qué señales pueden justificar una evaluación?

No se trata de entrar en pánico por cualquier diferencia, pero sí de saber que hay señales de alerta que justifican pedir una evaluación con una fonoaudióloga o logopeda. Algunas de ellas son:

  • No responde a su nombre o no mira cuando le hablan.
  • No usa palabras claras después de los 18-24 meses.
  • No señala para pedir o mostrar cosas.
  • No parece entender órdenes simples.
  • Usa muy pocos gestos o casi no imita.

Cada niño es único, sí, pero estas señales son como luces en el camino que te dicen: “vale la pena mirar más de cerca”.

🤝 No estás sola

Buscar ayuda no significa que algo esté mal contigo o con tu hijo. Significa que estás siendo valiente. Que estás eligiendo acompañarlo con conciencia, cariño y a tiempo. A veces, una simple orientación profesional puede marcar una diferencia enorme.


✨ Escuchar tu intuición es un acto de amor

Como mamá, tu percepción importa. Tu voz tiene valor. Y si algo dentro de ti dice que necesitas investigar más, no necesitas permiso para hacerlo. Confía en esa sabiduría interior. Muchas veces, es el primer paso hacia el desarrollo que tu hijo está esperando.

“Ya va a hablar solo” y otros mitos sobre hablantes tardíos que es hora de dejar atrás

En muchas familias chilenas, cuando un niño no habla al ritmo esperado, aparece de inmediato la frase:
“No te preocupís, si el primo también habló tarde y ahora no para”.

Y aunque es una frase bienintencionada, hay que decirlo con cariño: no siempre es cierto. Esperar “a que hable solo” puede ser más riesgoso de lo que parece.

Hoy desmontamos algunos de los mitos más comunes que aún escuchamos en jardines, plazas y reuniones familiares:

Mito 1: “Es flojito para hablar”

Los niños no son flojos para hablar. Si no lo hacen, es porque algo les lo dificulta, ya sea a nivel del desarrollo del lenguaje, la audición, la comprensión o incluso factores emocionales o neurológicos. No hablar no es una decisión: es una señal.

Mito 2: “Es que es hombre, ellos hablan más tarde”

Aunque hay diferencias individuales, no es cierto que los niños varones deban necesariamente hablar más tarde. Este mito ha retrasado muchas consultas. Si hay dudas, mejor evaluarlo a tiempo que subestimar la situación por el género.

Mito 3: “Entiende todo, así que no tiene problema”

Entender es clave, pero no es suficiente. Un niño puede comprender sin lograr expresarse, y eso no significa que no necesite ayuda. Además, a veces creemos que comprende porque responde a rutinas o señales visuales, y no porque entienda realmente las palabras.

Mito 4: “Habla poco porque es hijo único”

El hecho de tener hermanos o no influye en el entorno, pero no justifica un retraso importante en el lenguaje. Muchos hijos únicos tienen excelente desarrollo verbal. Si hay dudas, es mejor mirar lo que el niño necesita y no su contexto familiar.

Mito 5: “Ya va a hablar cuando entre al jardín”

Aunque el jardín puede ser un estímulo, no reemplaza una intervención personalizada si hay señales de alerta. Además, esperar a “ver si mejora en el jardín” muchas veces retrasa meses valiosos para el desarrollo.


💡 La verdad es que cada niño tiene su propio ritmo, sí… pero también sus propias necesidades. Y cuando esas necesidades se atienden a tiempo, el desarrollo florece.

En Chile existen cada vez más fonoaudiólogas que trabajan con cariño, respeto y profesionalismo. No estás sola. Y tu hijo no está atrasado: está pidiendo que lo escuchen con otros ojos.

Acompañar con el corazón: el sostén emocional de un niño que aún no habla

Cuando un niño no habla al ritmo esperado, no solo hay dudas o tareas por hacer: también hay emociones en juego. Para la madre, el padre o cuidador, puede ser difícil sostener la espera. Pero también lo es para el niño, que muchas veces siente más de lo que puede decir.

Por eso, más allá de las estrategias de estimulación del lenguaje, hay algo igual de poderoso: el acompañamiento emocional.

💬 Un niño que no habla… igual comunica

A veces no hay palabras, pero sí miradas, gestos, movimientos, silencios. Acompañar emocionalmente significa reconocer lo que el niño expresa, aunque no sea con palabras.

  • Si se frustra al no poder decir algo, ponle voz: “Querías el jugo, y no te entendí a la primera… ¡ya lo traigo!”
  • Si logra un sonido o señala algo por primera vez, celebralo: “¡Sí! Eso es el auto. ¡Muy bien, lo lograste!”

Estas validaciones le enseñan que su esfuerzo vale, que su voz tiene peso, aunque aún no tenga forma de palabra.

🤝 No lo compares, acompáñalo

Compararlo con otros niños (“tu primo ya decía frases a esta edad”) puede parecer inofensivo, pero mina su autoestima y pone más presión sobre sus hombros.

En cambio, cuando decimos “cada niño tiene su ritmo, y yo estoy contigo en el tuyo”, lo estamos sosteniendo. Porque sentirse amado sin condiciones es la mejor base para que el lenguaje florezca.

🧘‍♀️ Y tu, ¿cómo estás?

El acompañamiento emocional también implica cuidarte a ti. Sentir miedo, culpa o ansiedad es normal. Pero no estás sola. Hablar con un profesional, con otras mamás o escribir lo que sientes puede ayudarte a liberar tensiones y conectarte mejor con tu hijo.

El lenguaje no solo se enseña: se construye en un vínculo seguro, cálido y disponible. Y ese vínculo lo creas cada día con tus gestos, tu ternura y tu paciencia.


💡 Recuerda: tu hijo no necesita una mamá perfecta. Te necesita a ti, presente, conectada y confiando en que todo lo que hacen juntos… también está ayudando a hablar.

¿Entiende pero no habla? El rol de la comprensión en los hablantes tardíos

Una frase muy común en consulta es: “Mi hijo no habla mucho, pero entiende todo”. Y aunque esto suele sonar tranquilizador, la comprensión por sí sola no basta: es solo una parte del desarrollo del lenguaje.

La comprensión del lenguaje se refiere a la capacidad de entender palabras, frases, gestos, y lo que las otras personas comunican. Es la base sobre la cual se construye la expresión. Por eso, cuando un niño comprende bien, estamos ante un punto de partida valioso… pero no definitivo.

Desde la fonoaudiología, evaluamos si esa comprensión es adecuada para su edad. Por ejemplo, un niño de 2 años debería ser capaz de:

  • Responder a su nombre.
  • Seguir instrucciones simples como “dame la pelota” o “guarda el juguete”.
  • Señalar objetos o partes del cuerpo cuando se las nombran.
  • Entender gestos cotidianos como “ven acá” o “chau”.

Si un niño parece comprender, pero solo cuando hay rutinas o pistas visuales (por ejemplo, si entiende “a comer” solo cuando ve la silla), puede que la comprensión no esté tan sólida como parece.

Otra clave es la intención comunicativa. Algunos niños entienden palabras pero no intentan comunicarse: no señalan, no miran, no se frustran si no los entienden. Esto puede indicar dificultades más profundas que requieren evaluación.

En cambio, si la comprensión está bien y el niño intenta comunicarse con gestos, sonidos o miradas, puede tratarse de un retraso expresivo simple, más fácil de abordar con estimulación adecuada.

En resumen: comprender es importante, pero hablar también lo es. Ambos aspectos deben avanzar en conjunto. Y si notas que la comprensión no es tan sólida como pensabas, o si no hay avance en la expresión, no dudes en buscar orientación profesional.

¿Cuándo debería preocuparme? Señales de alerta en el desarrollo del lenguaje

Cada niño se desarrolla a su ritmo, pero también es cierto que hay señales que no deben pasarse por alto. Como fonoaudiólogos, siempre decimos: “más vale consultar a tiempo que esperar demasiado”. La intervención temprana puede marcar una gran diferencia.

Entonces, ¿cuándo deberías considerar una consulta? Aquí algunas señales de alerta según la edad:

  • Antes del año: si no balbucea, no responde a su nombre, no muestra interés por comunicarse ni hace contacto visual.
  • A los 15-18 meses: si no señala lo que quiere, no dice al menos 10 palabras, no imita sonidos ni palabras, o parece no entender órdenes sencillas.
  • A los 2 años: si no tiene un vocabulario de al menos 50 palabras, no une dos palabras (como “quiero agua”), no sigue instrucciones simples o no intenta comunicarse, aunque sea con gestos.
  • A los 3 años: si el habla no es comprensible para los demás, si no forma frases, o si prefiere observar en lugar de interactuar.

Más allá de las palabras, también es importante observar cómo el niño usa el lenguaje para interactuar. ¿Busca compartir? ¿Se frustra cuando no puede expresarse? ¿Entiende lo que se le dice? El lenguaje no es solo hablar: es conectarse, compartir, responder.

Una señal adicional es el estancamiento: si el niño parece avanzar y luego se detiene o retrocede en su desarrollo del lenguaje, también es motivo para consultar.

No se trata de generar alarma, sino de empoderar a las familias con información clara. Consultar no significa que el niño tiene un problema grave, pero sí permite prevenir dificultades mayores. En lenguaje, el tiempo importa: intervenir a tiempo puede facilitar un desarrollo mucho más fluido y feliz.

¿Por qué algunos niños hablan más tarde? Causas comunes del retraso en el lenguaje

Cuando un niño o niña tarda en comenzar a hablar, es natural que surjan dudas, temores o incluso culpas. Sin embargo, hablar más tarde que otros no siempre significa que algo esté “mal”. Existen múltiples factores que pueden influir en el desarrollo del lenguaje, y muchos de ellos son bastante comunes.

Uno de los factores más frecuentes es la herencia familiar. Si uno o ambos padres hablaron más tarde, es posible que el niño siga un patrón similar. Esto no significa que haya un problema, pero sí indica la necesidad de observar más de cerca su evolución.

También influye el ambiente lingüístico. Los niños aprenden a hablar a través de la interacción con personas reales. Si en su entorno hay poco diálogo, escasa lectura o poca exposición al lenguaje dirigido, su desarrollo puede demorarse. No se trata de hablar “mucho”, sino de hablar con intención, mirando, respondiendo, y dándole tiempo al niño para participar.

Otro factor común es el orden de nacimiento. Muchos segundos o terceros hijos hablan más tarde porque sus hermanos mayores “hablan por ellos”. En estos casos, aunque la comprensión suele estar bien desarrollada, la necesidad de expresarse se reduce, y eso puede demorar la aparición del habla.

Además, hay causas médicas que pueden afectar el lenguaje, como problemas auditivos, infecciones de oído recurrentes, o condiciones como el trastorno del espectro autista o trastornos del desarrollo del lenguaje (TDL). Aquí es clave una evaluación fonoaudiológica y pediátrica integral.

También hay niños con múltiples factores combinados: por ejemplo, prematuros, con poco estímulo verbal y antecedentes familiares.

Lo más importante es no minimizar ni esperar “a que hable solo”. La detección temprana puede cambiar el curso del desarrollo. Y desde la fonoaudiología, siempre trabajamos con un enfoque respetuoso, acompañando a cada familia con calidez y conocimiento.

¿Cuántas palabras debería decir mi hijo? Lo que dicen los hitos del lenguaje

Saber cuántas palabras debería decir un niño según su edad es una de las preguntas más comunes en consulta fonoaudiológica, y también una de las más importantes. Estos hitos del desarrollo no son solo números, sino señales que nos permiten detectar a tiempo si algo necesita atención.

Entre los 12 y 18 meses, se espera que el niño diga entre 10 y 20 palabras. Estas pueden incluir nombres (mamá, papá, agua), onomatopeyas (guau, miau, bum), y palabras funcionales que usa con intención (no, más, ahí). Es normal que la pronunciación no sea perfecta, lo importante es que use las palabras con sentido.

Al llegar a los 2 años, el vocabulario debería superar las 50 palabras, y además el niño debería comenzar a unir dos palabras en frases simples, como “más pan”, “mamá agua” o “auto grande”. También debe poder seguir instrucciones sencillas como “dame la pelota” o “trae los zapatos”.

Cuando un niño de dos años no ha alcanzado ese vocabulario ni produce combinaciones de palabras, es recomendable consultar. No significa necesariamente que tenga un trastorno, pero sí indica que podría necesitar una intervención temprana.

La comprensión también importa: si entiende lo que se le dice, sigue indicaciones, y se interesa por comunicarse (aunque sea con gestos o sonidos), son señales positivas. Pero si hay dificultades en estas áreas además del habla, la intervención se vuelve más urgente.

Como fonoaudiólogos, nuestra labor no es “hacer hablar” mágicamente, sino evaluar integralmente el desarrollo del lenguaje, y acompañar a las familias con estrategias reales, respetuosas y efectivas.

Observar con atención y actuar sin alarmarse, pero tampoco postergar, puede marcar una gran diferencia en el desarrollo del lenguaje de tu hijo o hija.