¿Qué es un hablante tardío?

Cuando hablamos de desarrollo del lenguaje, cada niño tiene su propio ritmo. Sin embargo, hay ciertos hitos esperados que nos ayudan a saber si todo va dentro de lo habitual. Un hablante tardío es un niño que, entre los 18 y 30 meses, tiene un vocabulario expresivo más reducido que el esperado para su edad, pero sin presentar dificultades en otras áreas del desarrollo como la motricidad, el juego o la comprensión.

Por ejemplo, a los 18 meses se espera que un niño diga al menos 20 palabras y que, a los 2 años, ya utilice unas 50 palabras y comience a formar frases simples como “más leche” o “mamá ven”. Cuando esto no ocurre, podemos estar frente a un hablante tardío.

Es importante destacar que ser hablante tardío no significa automáticamente que el niño tenga un trastorno del lenguaje. Muchos de estos niños alcanzan a sus pares con el tiempo, especialmente si reciben estimulación adecuada. Sin embargo, también existe un porcentaje que puede desarrollar dificultades más persistentes, como un trastorno del lenguaje o del neurodesarrollo. Por eso, identificar esta condición a tiempo permite intervenir de forma oportuna si fuera necesario.

Una clave para detectar a tiempo es observar cómo se comunica el niño más allá de las palabras: ¿utiliza gestos? ¿Hace contacto visual? ¿Imita sonidos o palabras? ¿Se frustra al no poder expresarse? Todo eso forma parte del desarrollo del lenguaje.

Como mamá, papá o cuidador, confiar en tu intuición es esencial. Si sientes que algo no anda del todo bien, consultar a un profesional puede darte claridad y, sobre todo, tranquilidad. El lenguaje es una herramienta poderosa y acompañar su desarrollo es un regalo que transforma.

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